Nuestros adolescentes están muy presionados. Más que en nuestra época. Reciben a lo largo del día miles de mensajes, fotos, stories y videos que van formando en su cabeza una imagen de cómo deberían ser (nuestro yo ideal). Aspiran a ser físicamente como los jóvenes que aparecen en todas esas fotos, quieren esa ropa, envidian los lugares (restaurantes, paisajes, experiencias) a los que van otros.
Ikigai
Escucho conferencias y entrevistas online que aportan estrategias para afrontar estos tiempos de pandemia y me resulta interesante una: la idea de darle un sentido a todo lo que está pasando. Darle un significado a estos meses de confinamiento, restricciones y cambios de hábitos, nos puede proteger del desánimo, la inquietud o la incertidumbre por el futuro.
Espacio de ternura
Todas las mañanas los veía pasar. Una pareja anciana de tantas que caminaban por la playa disfrutando de la brisa del mar y del sol. Ella tenía un grave problema en la columna y caminaba encorvada y desplazada hacia un lado. Me temo que si hubiera tenido que hacerlo sola se habría caído. A su lado iba siempre su marido haciendo de contención para ese lado quebradizo.
Nuevos hábitos
El confinamiento nos ha cambiado a todos en una u otra medida. Todavía tenemos fresco el recuerdo de aquellos días encerrados en casa organizando nuevas rutinas para lograr pasar los días lo mejor posible. Pero el ser humano es olvidadizo y con facilidad vuelve a la senda acostumbrada.
Esto va a pasar
El COVID19 nos ha conectado con la vulnerabilidad y la falta de control en nuestra vida. Hasta hace poco teníamos viajes, cursos y reuniones programadas para los próximos meses y ahora no sabemos qué será de nosotros mañana. Vivimos en la provisionalidad.
Crisis de los 40
Crisis de los 40 ¿tópico o crisis real? Las crisis vitales existen. En muchos casos, coinciden con cambios de década y situaciones que nos invitan a la reflexión: estilo de vida, separación, cambio de residencia, tener o no tener hijos, adquirir compromisos. Son momentos para valorar si tenemos la vida que queremos.
Cuento de NAVIDAD
Este año quería desearos una Feliz Navidad y Feliz 2020 con un cuento pero no me apetecía hacerlo con un cuento lacrimógeno o blandito. Así que encontré éste de Jorge Bucay que tiene mucha miga.
¿A qué esperas?
Escucho a muchas personas arrepentirse, lamentarse de no haberse atrevido. Hay mucha gente dando vueltas a la rueda como el ratón enjaulado sin sentirse satisfechos con su vidas, atrapados en lo que se espera de ellos.